"" Migas Dulces: 2015

lunes, 18 de mayo de 2015

Guacamole


Hoy os traigo Guacamole, una receta que he ido perfeccionando, a mi gusto, con el tiempo, Es algo bastante básico y versátil, te puede sacar de un apuro y queda muy resultón ya que lo puedes usar como acompañamiento para muchos platos. Pero está claro que es ideal para pringues en fajitas y también porque no, en sandwiches o bocatas.





Ingredientes para el Guacamole:

1 aguacate maduro
Cebolla
1 Tomate maduro
Limón
25-30 ml Aceite de oliva
Sal
Pimienta negra o tabasco

Preparación del Guacamole:

1. Abrimos el aguacate por la mitad (a lo largo) y con la ayuda de una cuchara sopera sacamos la pulpa y la ponemos en un mortero.
2. Rociamos el aguacate con el zumo de medio limón, para evitar que se oxide y coja un color más feo. Con la ayuda de la maza del mortero, machacamos un poco el aguacate para que se extienda el limón.
3. Pelamos y troceamos en cuadrados pequeñitos el centro de una cebolla (que es más tierna) o un cuarto de una cebolleta. En este punto entra el gusto de cada uno yo no le pongo mucha cantidad. Añadimos la cebolla al mortero.
4. Pelamos el tomate y lo cortamos en cuadrados pequeñitos y lo añadimos al mortero, si ha soltado jugo también lo ponemos incluso las pepitas.
5. Añadimos sal.
6. Añadimos pimienta negra recién molida o tabasco, lo que más os guste y según lo queráis de picante.
7. Mezclamos los ingredientes, con la maza del mortero y añadimos un poco de ralladura de limón.





Recomendaciones:

  • Hacer el guacamole con unas horitas de antelación para que coja bien todos los sabores. Y antes de servir revisar el punto de sal o picante.
  • Yo recomiendo ir probando la receta añadiendo o quitando cebolla o tomate. A mi particularmente me gusta con la cebolla chiquitita y con una buena cantidad de tomate. Pero esto es algo que he ido aprendiendo a base de probar.
  • Si pierde mucho el color verde, ya sabéis para la próxima ocasión añadirle más zumo de limón. Pero aunque se quede algo marroncito está igual de sabroso, así que es un buen momento para untarlo en un bocata con, por ejemplo, lomo a la plancha y así no véis el color, pero si podréis degustar un sabroso bocata.
  • Buscar todo tipo de "aliados" para el Guacamole: tostas, biscotes, picos camperos o cualquier tipo de pan para poder untar, y os podrá servir de aperitivo para una celebración con los amigos o la familia. Se ponen unos platitos en la mesa y al lado los "aliados" y ya tenemos a los comensales entretenidos.   


martes, 28 de abril de 2015

Pasta salteada con Collejas




Traigo una receta de temporada, Pasta salteada con Collejas.

Tras las lluvias de primavera de este año, los campos de Requena se han llenado de Collejas, y con un tamaño considerable. Este año yo no he podido ir a coger, el pequeñajo es demasiado pequeño. A ver si el año que viene me lo llevo un día al campo a buscar collejas por los ribazos. Pero mis padres en Pascuas se han puesto las botas a coger, así que había que darle salida a esta sana verdura. También es interesante salir del sota, caballo y rey de las tortillas y revueltos típicos; que están muy buenos pero también se pueden utilizar en otras preparaciones.

En esta ocasión se trata de una Pasta salteada con Collejas, una receta bien sencilla y rápida de hacer. Eso si es una receta con un poco de truco el tomate frito que utilizo también tiene su aquel. Es mi arma secreta, bueno más bien de mi madre, su conserva de tomate frito en la lumbre. En la temporada de conserva de tomate (verano) ya haré un post de este tema. Si no se tiene a mano este tipo de conserva maravillosa, se puede utilizar un tomate frito sabroso. 


Ingredientes para hacer la Pasta salteada con Collejas, para 2 personas

Pasta 150 gramos, yo he usado abbracci, que son como las hélices pero más largas y finas 
1 cebolla
medio calabacín
1 puñado de Collejas frescas por comensal
6 cucharadas soperas de tomate frito
80 ml de vino blanco
Queso de untar tipo philadelphia
Sal 
Aceite de oliva
Pimienta negra
Orégano

Receta para hacer la Pasta salteada con Collejas:

1. Poner a cocer la pasta elegida, en abundante agua con sal, seguir el tiempo de cocción indicado en la bolsa. Mientras se cuece vamos haciendo el sofrito.
2. Pelar la cebolla y cortarla en juliana.
3. Cortar el calabacín en palitos no demasiado gruesos y reservar. Si la piel del calabacín está tersa y brillante, a mí me gusta dejarlo con piel. Pero si tiene la piel un poco pocha mejor pelarlo antes de cortar.
4. Limpiamos las collejas, para ello quitamos los tallos que puedan estar más duros y las hojas que estén estropeadas, y las vamos poniendo en un bol con agua. Luego las pasamos a un escurridor y si es necesario las volvemos a meter en agua. Lo importante es dejarlas bien limpias de tierra. Cuando están limpias las dejamos escurrir y reservamos.
4. Ponemos una sartén grande (nos tiene que caber la pasta) con aceite de oliva, al fuego y añadimos la cebolla cortada y un poco de sal para ayudar al sofrito. Cuando la cebolla se está poniendo transparente le añadimos los palitos de calabacín y seguimos sofriendo a fuego no muy fuerte. Cuando el calabacín se está poniendo un poco blando, le añadimos el tomate frito y el vino blanco y dejamos que evapore el alcohol un par de minutos.
5. Añadimos las collejas bien escurridas de golpe, puede que abulten mucho pero luego se quedan en nada. Y le damos un par de vueltas y le añadimos la pasta cocida y escurrida.
6. Vamos removiendo todo el conjunto para que se integren los sabores y le ponemos pimienta negra, al gusto, y rectificamos de sal si hiciera falta (la pasta llevaba sal). Y añadimos el orégano.
7. Servimos la Pasta salteada con collejas, en los platos y añadimos por arriba unos pegotes de queso philadelphia y a comer.

Recomendaciones:

  • Como al final metemos la pasta otra vez a la sartén no hay que pasarse de cocción ya que luego nos quedaría aplastada.
  • A mi el calabacín me gusta dejarlo un poco al dente, poquito hecho.
  • Se puede añadir otro queso, pero el queso de untar le da un toque distinto, más fresco.

lunes, 13 de abril de 2015

Migas dulces con miel

No podía ser de otra manera, la primera receta tenía que ser la de Migas Dulces que da nombre al blog. Se trata de una receta bien sencilla y que me recuerda a la infancia, adolescencia y actualidad, lo que viene siendo un sabor de toda la vida. No es que sea una de mis recetas estrella, pero el blog tenía que comenzar así.
En mi versión me gusta utilizar para endulzar miel, en vez de azúcar, asi que la he convertido en una receta de apovechamiento de los restos de los botes de miel. Cuando va quedando poquita miel en los botes, ya empiezo a pensar esto para hacer unas Migas Dulces, es la excusa perfecta para endulzar la sobremesa. 
Para los que no os guste la miel o no podáis tomarla, siempre está el recurso de utilizar azúcar.

Ingredientes para hacer las Migas Dulces con miel:
3 cucharadas soperas de harina de trigo
6 cucharadas soperas de aceite de oliva
300 ml de agua
2 cucharadas soperas de miel (o más si os gustan bien dulces)
Un poco de pan del día anterior, para los picatostes

Receta para hacer las Migas Dulces con miel:

1. Freir en aceite los trocitos de pan, para hacer los picatostes. Hacerlo con cuidado para que queden tostados pero no se quemen. Una vez bien dorados, escurrir en papel de cocina y reservar. Para mi son algo opcional, no siempre los pongo.
2. Poner el agua a calentar, puede ser en un cazo al fuego o un minutito de microondas. Si la miel no está muy liquida, se puede aprovechar este agua para diluirla y que luego se mezcle mejor. Si se quiere aprovechar los restos de miel de los tarros, llenarlos con el agua y meter al microondas un minuto para que se derrita la miel y el bote se quede limpio. 
3. Calentar las 6 cucharadas de aceite de oliva en un cazo, y añadir la harina. Se trata de cocinar un poco la harina, pero no quemarla, así es que el fuego no debe estar muy fuerte. Con un par de minutitos es suficiente.
4. Una vez cocinada la harina, le agregamos el agua caliente con la miel toda de golpe. Con la ayuda de una varilla removemos bien.  Tendremos que seguir moviendo la mezcla mientras va cogiendo textura, tal y como se hace con una bechamel, para que no se pegue al fondo del cazo. La textura final es como una bechamel espesita.

En la siguiente foto, se puede apreciar la consistencia que coge la crema, para estas cantidades de ingredientes y una vez frías; queda lo suficiente consistente como para darle forma con la ayuda de unas cucharas.



Y aquí ya va a gustos:

  •  Para los que les gusten más liquidas, añadir más agua. 
  • Que se quieren más espesas pues menos agua o más harina. De esta manera se pueden cortar una vez frías y presentarla a cuadraditos para coger con la mano.
  • Para los más golosos, pues añadir más miel.
Y por último decidir como degustar las Migas Dulces con miel: Calientes o Frías. A mi personalmente me gustan a temperatura ambiente que cogen un poquito más de consistencia, pero claro está, para gustos los colores. 







viernes, 20 de marzo de 2015

Aviso a los comensales: estamos en construcción

Estamos en pleno proceso creativo de construcción de mi primer blog. En breve, espero poder publicar alguna de mis recetas.